sábado, 22 de abril de 2017

Crónicas de un sueño 13



Este sueño se podría dividir en dos partes, dos fragmentos que de alguna forma sería posible conectarlos.


El primero me sitúa delante de una plataforma con varios sillones donde algunas personas ya se habían acomodado y nada mas pisarlo empezó a levitar. Dado que la superficie flotante iba a tomarse su tiempo entablé conversación con los transeúntes. Uno de ellos me dio una explicación de la situación en la que me encontraba. El mundo se gobernaba por 5 capas. Cada una conectada a una realidad paralela acorde a un estatus de vida, La quinta capa era la realidad original, natural por llamarlo de alguna manera (Sería la capa donde vivimos en la vigilia) y entre la 4º y 2º capa se encontraba realidades paralelas pero a medida que uno se acercaba a la primera capa todo se volvía mas oscuro y peligroso. Era una visión simplificada de lo que podría ser el infierno de Dante en la divina comedia. Toda persona intentaba llegar a la primera capa, el paraíso, el Edén y para ello había que ir saltando entre ascensores flotantes.

Tras la explicación tocaba cambiar de plataforma a otra más pequeña. He de añadir que no se podía superar el cupo máximo de personas entre ascensores, si eso ocurría el último se quedaba fuera a la espera de una nueva ronda. Allí de viaje entre la cuarta y tercera capa me encontraba en medio de tres personajes bastante pintorescos. Un señor callado, una señora; que no paraba de fardar de la pasta que tenía y de como había comprado su billete al Edén y una chica que me hacía tilín pero que se situaba en la otra punta y la única forma de comunicarnos era entre señas.

Por fin, después de tragarme toda la cháchara de la cotorra la plataforma aterrizó en la tercera capa. Esta vez no íbamos directos a la siguiente, había que esperar. La noche sobre nuestras cabezas junto aquel ambiente aterrador que se respiraba lograba su propósito, el resurgir de nuestros miedos. Nos encontrábamos agazapados a lo que debía añadir otra regla: Los habitantes de las propias capas no podían agredirnos a menos que el grupo sea menor del cupo máximo del ascensor así como estar lo suficientemente cerca del ascensor, lo que se resumía en estar todos juntitos sobre la plataforma, algo así como la zona segura o "casa" del juego del pilla pilla. Me encontraba frente a mi casa, en esta dimensión se encontraba abandonada y en ruinas, visión que me humedeció los ojos doliéndome en el alma contemplar aquella escena. ¿Así será el hogar donde me crié en un futuro?

Giré la mirada hacia los demás pasajeros puesto que me había picado el bicho de la incertidumbre y bingo, allí faltaba uno que sin tan siquiera notarlo había abandonado su posición como arte de magia. El terror afloró de nuestros corazones, ahora estábamos en peligro. Agarré del brazo a la chica que me hacía tilín para salvarla ya que la señora se despreocupó del resto y huyó gritando la llegada del ascensor. Esta vez la plataforma solo admitía a dos personas y la gorda entre sudores nauseabundos emitía unos extraños gruñidos de victoria. La chica rehusó subir sin mi pero no era el momento de sentimentalismos, unos lugareños iban en nuestra busca así que la empujé y el ascensor tomó su rumbo.

Aquí la trama termina y daba paso a la segunda historia la cual me situaba en la terraza detrás de mi casa donde eramos un grupo de cazadores, guerreros que sobrevivíamos derrocando a monstruos de la zona para poder comprar suministros y comida. Esta parte comienza con la llegada de un nuevo miembro al que ayudaba ofreciéndole información sobre el entorno. Le comenté que para vivir había que salir de la guarida y entablar batalla con los monstruos de la zona, recomendando los demonios más pequeños y débiles para ir obteniendo experiencia en combate. Cuando iba a bajar caí en la cuenta de que la noche era demasiado peligrosa para él así que nos sentamos en el sillón para descansar y pasar la hora rápidamente (Como si de un videojuego se tratase). Despertamos al amanecer, cerca de las 6 de la madrugada. Me equipé con mi arma, unas tijeras a modo de espada y el novato con su bastón, le incluí en mi gremio para poder comunicarnos telepáticamente ya que salir gritando allí abajo en pleno terreno hostil no era precisamente la mejor opción.

Tras derrotar algunos monstruos noté como Richy; mi compañera desde los orígenes y de quien sentía algo muchísimo mas fuerte que la amistad, había llegado al refugio de cazadores. (Los miembros de cada gremio nos aparecía en el campo de visión arriba a la izquierda a modo de interfaz para controlar en todo momento su posición). No dudé en reunirme con ella al instante. Desde mi desgracia, sobre el sillón postraba su preciosa figura inconsciente. Sin entender el porque de la situación agarré con decisión mi espada tijeras y salí al campo de batalla furioso en pos de encontrar a un enemigo poderoso para ganar lo suficiente como para curarla. 

En una zona reservada lucía expectante el Jefe de zona, el imbatible demonio conocido como "El indeseable" (No era exactamente así pero lamentablemente lo he olvidado). Sobre sus pies yacían multitud de cazadores derrocados, cadáveres por todos lados. 

¿Quién será el próximo? - Gritaba la muchedumbre que se arremolinaban creando un círculo de combate.

La euforia que sentía en aquellos momentos brotaron desde mis entrañas expulsando por mi garganta un fortísimo grito de guerra proponiéndome a mí mismo como contrincante hecho que acto seguido lamenté. 

No medité mucho la situación y me abalancé sobre él intentando rebanar sus extremidades con mi técnica auto bautizada como "Cutter slash" la cual consistía en abrir mi espada tijeras y cortar (Algo bastante...rudimentario pero en el sueño era espectacular). Primero le despojé del brazo izquierdo utilizando el restante para lanzarme una andanada de misiles que pude evitar a tiempo de una patada. Tras aterrizar en el suelo volví a usar la misma técnica de antes y lo corté por la mitad que lo hizo estallar cuya onda expansiva me impulsó varios metros hacia atrás. Cuando me incorporé observé como se había convertido en un Bol cerrado de Ramen donde un tintineo procedente de su interior hizo saltar la tapadera que lo mantenía cautivo transformando al demonio en una especie de cañón bio-orgánico.

Una breve pausa sirvió para que yo pudiera recuperar un poco el aliento, exhausto contemplé como unos científicos al ver que el monstruo no podía moverse le colocaron unas extensiones para poder apuntarme fácilmente con la fina intención de poder proseguir con la batalla. No entendía de donde había salido toda aquella gente pero seguramente acertaría al pensar que eramos un simple experimento de algo mayor aunque seguía sin ser el momento idóneo para divagar. Delante mía se encontraba aquel ser dispuesto a disparar y yo no iba a quedarme quieto, tenía que vivir, tenia que vencer y salvar a Richy así pues concentré toda mi energía en las hojas de mis tijeras y salté gritando a pleno pulmón:

"¡¡MEGA CUTTER GIGANTO!!"

El demonio se volatizó al recibir todo el golpe y se desvaneció en el aire. Yo en cambio, sin fuerzas yacía postrado en el suelo pidiendo ayuda para mi amada compañera.

Y aquí termina esta historia, como de costumbre con mil y una preguntas.