viernes, 30 de diciembre de 2016

Crónicas de un sueño 8.3



-Secuela indirecta de Crónicas de un sueño 8.2-


Puede que no siga a los anteriores sueños que tuve de ella pero como siempre su imagen luce en su máxima plenitud. Es la única que consigue plasmarse en mis sueños con tal lucidez que quiebra mi realidad. Solo soy un mero espectador en esta ocasión, no estoy involucrado.

Las clases habían tocado su fin para los compañeros de Bonyari. Raku Ichijo anduvo por las calles contemplativo por todo lo acaecido tiempo atrás. Por fin había aclarado su corazón pero su amor, Chitoge Kirisaki decidió marcharse a EEUU para formarse en sus estudios prometiéndose volver a ver en el futuro. Melancólico, Raku se reunió en la azotea de su centro escolar para celebrarlo con los suyos pero no sin antes sentir en el periplo de sus pensamientos como alguien le observaba de entre las calles. 

No halló respuesta alguna.

Allí arriba, sintiendo la abrumadora ciudad en el horizonte se encontraba Ruri, la chica de su mejor amigo. Raku le preguntó por él, extrañando su ausencia sin saber que la respuesta desembocaría un llanto lastimero. Asustado sin saber que hacer su cabeza empezó a fabricar incontables  situaciones desagradables y rompió también a llorar.

-¿Que te pasa? No se que te estarás imaginando pero te estaba tomando el pelo, Maiko llegará en breve - Contestó Ruri dejando a Raku como un palurdo.

Raku volvió a sentir la presencia en su nuca pero al volverse para encontrar el foco de aquella sensación no encontró absolutamente nada. Esta vez sentía una melancolía muchísimo mayor, como si le faltara algo, como si olvidase algo muy importante.

El sueño da un salto a partir de aquí situando a Raku dentro del edificio escolar persiguiendo a Shuu Maiko por haberle tomado el pelo con la fina intención de meterle una colleja. Cuando entraron en el aula, solo se encontraban ellos, su profesora así como amiga de la infancia y "hermana" de Raku; Yui y la chica de mis sueños, aquella que siempre puedo ver con plena claridad, aquella que llena mi ser y alivia mi alma, mi querida Kosaki Onodera.

Sentados en los pupitres, Raku con un hueco entre su mesa y la de Onodera sintió de nuevo la extraña sensación y notó como esa ausencia hacía temblar las mesas, como si faltara un soporte vital dejando cojo a todo el conjunto inmobiliario de aquella sala. Raku se levantó y de cuclillas frente a un lado de la mesa de delante observó con el rabillo del ojo a Onodera que jugueteaba con su móvil. Una angustia le recorrió su cuerpo y todos sus antiguos sentimientos hacia ella afloraron en un torrente de emociones que no supo controlar. Por un instante se arrepintió de haber elegido a Chitoge en vez de a su amor de toda la vida...ella, Kosaki Onodera. El tiempo había pasado y aunque ella también había estado enamorada de él, todo había terminado. Jamás iba a ser como antes, jamás rescataría aquellos momentos porque como tales, se habían convertido en recuerdos.

-Quizás esté chateando con Tonny (Tom o Tommy, no lo recuerdo bien)- Resonó la voz de Maiko no solo en la sala, sino en mi alma también- Quizás sea el que falte hoy aquí, con nosotros.

El sueño acaba aquí, aún quedaba como siempre muchas respuestas por resolver y algunos personajes por aparecer pero sobretodo, aún debía disculparme con Onodera. Y se que alguna noche será, en algún sueño ocurrirá, no hay duda de ello. La Kosaki Onodera de mis sueños, la Kosaki Onodera que viste mi título de amor platónico aún debe ser testigo de mis mas profundos sentimientos. Y sobretodo, si me pilla de paso, debería confesarle a Raku que la persona que le observaba era Marika Tachibana.
Creo que no existe mejor forma de despedir este año 2016, con su figura. Se que aún no he avanzado ningún paso pero juro que la alcanzaré. Mi mundo onírico está ahí y con el ella. 


Hasta el año que viene, Onodera.






P.D: Este es un sueño difícil de expresar con palabras, la visión de Onodera tengo que dibujarla (si o si) y lo haré. Tarea que tengo pendiente.


lunes, 3 de octubre de 2016

cap20- No Exit



Tras tantísimo tiempo logro ver una extraña luz al final del túnel. El sonido de mis pisadas vuelven a circular por mis oídos, los pensamientos obstruidos se disparan estrellándose contra las mohosas y húmedas rocas que conformaban esta vía sin fin aparente.


¿La salida al fin?


Ingenuo de mi; nuevamente, mi alma cegada por la luz que desgarra mis retinas atisba un soplo de aire cálido pero no precisamente lo que mi viaje amparaba.
No, esto no es el final, es un comienzo, otro nuevo...


¿Despertar?


No importaba equivocarme puesto que las pesadas piernas derretidas formando exuberantes charcos de petróleo conformaban un pequeño alivio para mi cansada alma corrompida y llega de hedor tóxico.

Necesitaba purificarme y creía firmemente que en este extraño nuevo lugar podría hallar lo que mi alma mas necesitaba urgentemente.

Hasta luego túnel del averno y buenos días, ardientes días de insolación.

jueves, 28 de abril de 2016

Crónicas de un sueño 12



Lo primero que recuerdo era encontrarme en la azotea de un gigantesco rascacielos en forma de anillo cuyo centro podía observarse el gran patio interior de la planta baja lleno de vegetación. No recuerdo el motivo de lo sucedido pero una gran explosión estalló en el lugar donde nos encontrábamos. La gran masa de gente reunida huía despavorida para salvar la vida, entre ellos algunos integrantes de mi familia. De repente los allí presentes culparon de lo sucedido a un hombre y a mi sin razón aparente y todos nos intentaron dar caza. Las autoridades también se incorporaron al rebaño.

Algo raro pasaba pero en el sueño era una chica que en cierta ocasión se me relacionó con Sandra Bullock aunque en el resto del sueño seguía siendo una chica mundana.

La persecución cada vez se volvía mas áspera y frustrante. El hombre y yo nos unimos puesto que nos encontrábamos sumergidos en el mismo problema. En la parte posterior de la azotea se encontraba un andén y justo en ese momento el tren hizo aparición y ambos nos subimos.

Aquel vagón me asfixiaba, la gente chocaba y empujaba los unos con los otros por la falta de espacio. El hombre siempre unos pasos por delante de mi pudo hacerse hueco entre la marabunta de personas. Yo tuve que hacer lo propio pero al ser mas pequeña me escurrí entre los bultos que me tapaban el paso. 

Al bajar, una corriente de monedas en forma de estrella flotaban en fila por algunos obstáculos de la calle; bancos, papeleras, escaleras, etc, y aunque no entendíamos el propósito de aquello ambos sentimos la profunda necesidad de recolectarlas como si la solución a todo aquel aparatoso problema fuese a solucionarse. Las monedas desaparecían al pasar sobre ellas y supuestamente se nos iban acumulando en alguna cuenta invisible para nosotros. Un mensaje nos resonó en nuestras cabezas al alcanzar cierta cifra de monedas y una extraña visión se interpuso ante nosotros. Una manzana de bronce fue lo que observamos en nuestras respectivas mentes y seguido de la de bronce, tras alcanzar cierta cifra mas elevada se nos obsequió con una manzana plateada. 

El reguero de estrellas nos llevó a un extraño edificio de varias plantas que cuya entrada estaba custodiada por un hombre de mediana edad de fisiología amorfa y con grandes protuberancias en el rostros así como chepa, barriga oronda y unos brazos gruesos terminados en unos dedos gordos de aspecto grasiento. El ser abominable nos indicó una dirección apelando de que encontraríamos respuestas y mas monedas en su apartamento en la segunda planta. El pánico sujetó mis piernas y subió por ellas para morder mi pecho. Los temblores dieron paso a unos sudores fríos. Sabía que todo aquello era una trampa, era absurdamente obvio pero el único integrante de mi grupo quiso entrar e investigar para despejar cualquier atisbo de duda y aunque tenía algo que contarle fue demasiado tarde, subió las escaleras y entró en el recinto. Yo me quedé abajo, mirando las escaleras y la planta superior rezando para que saliera pronto de allí pero lo que asomó por la barandilla no fue mi único hombro en el que apoyarme, lo que vi fue el grotesco rostro acosador de aquel ser inmundo. 

Exacto, sus intenciones eran claras como el agua. Quería violarme. Ser una chica en este tipo de situaciones hizo que me temblasen aún mas las rodillas y lo peor era que en cualquier momento mi enfermedad podría aparecer y me daba en la nariz que aquel ser lo intuía y se encontraba agazapado esperando el momento preciso para lanzarse sobre mi y secuestrarme.

Me senté en el frío suelo sin perder de vista por el rabillo del ojo los movimientos del depredador sexual y recé nuevamente para que mi enfermedad, la narcolepsia no hiciese acto de presencia en ese mismo instante. No podía parar de imaginarme las peores situaciones que podrían sucederse si aquello ocurriese.

Pero como si un ente divino me hubiese escuchado, mis ruegos dieron resultado y el hombre salió de la habitación y salió corriendo en dirección contraria, lo seguí y le comenté mi enfermedad pidiéndole por favor que me protegiese en caso de que colapsase sin previo aviso. 

Lo último que recuerdo es echar la vista atrás y sentir como un escalofrío recorría mi cuerpo. Aquella hiena de grandes protuberancias en su rostro desfigurado nos seguía aunque me apostaría todo a que su objetivo era únicamente yo. Se lo hice saber a mi acompañante y ambos apretamos el paso.

Aquí termina esta efímera aventura como si de un thriller se tratase. 
¿Por qué se nos acusó de la explosión?
¿Por qué ni el resto de mi familia creyera mi inocencia?
¿Qué eran aquellas monedas?

Y sobretodo...¿Despistaría aquel ogro?
Supongo que jamás lo sabré pero quizás alguna día me anime para escribir un relato sobre esto, aunque de momento solo tengo claro el título, "Apple star"   




domingo, 24 de abril de 2016

Crónicas de un sueño 11




No recuerdo exactamente como sucedió todo aquello ni como nos zambullimos en tal despropósito de lugar. En esta aventura onírica me hallo sumergido en la identidad de Ash ketchum acompañado de mis amigos Iris y Brock.

La angosta y laberíntica colosal infraestructura en la que nos encontrábamos impedía que penetrase la luz del sol. Las entrecruzadas y anchas tuberías construían una red de cableado por todo el recinto exhumando unos gases que destrozaban los pulmones. Allí, bajo el metal oxidado entablábamos un feroz combate pokemon contra un grupo de personajes de negro de identidad desconocida para mi. Todos llevaban una seña de identidad en común aparte de su vestuario, unos mechones de pelo blanco. Mi oshawott combatía contra uno de los pokemon de mis contrincantes (Nunca llegué a saber cual era su oponente). 


Oshawott peleaba usando su vieira con su ataque concha filo rompiendo todos los ataques especiales de su contrincante, así como surf entre otros obteniendo la victoria en aquel primer asalto. El grupo de los hombres de negro se componían de tres integrantes y tras haber sido derrotado uno de ellos dio paso al pokemon del siguiente. 





Iris y Brock me animaron durante todo el conflicto al igual que mi fiel acompañante, apostado en mi hombro; Pikachu. Mi siguiente oponente invocó desde su pokeball a un Magmortar que tras usar un fortísimo lanzallamas derrotó a mi Oshawott.








En aquel momento mi determinación flaqueó, se desquebrajó en millones de trozos imposibles de componer y aunque mis compañeros me animaron a seguir, aun viendo aquella adversa situación en la que nos encontrábamos, nada hacía que pudiera levantar la vista. Nada excepto un recuerdo. Un recuerdo de una persona que había dejado atrás pero de la que aún tendría que volver a ver.
Frente a mi se proyectó la imagen de un recuerdo. Allí estaba Misty que sin decir nada, disipó todos mis pesares. Allí estaba mi valor, mi alegría.




"Muchas gracias por recordármelo. No puedo rendirme. No sin antes confesarte lo que no pude en su momento." 






Tras aclarar mi subconsciente levanté la mirada e invoqué a mi próximo pokemon. Deerling saltó al campo de batalla. Su aspecto mono no debía ser juzgado puesto que era un formidable oponente. Mi querido Deerling tenía apariencia primavera por lo que reflejaba claramente en su pelaje un color rosado (Hecho que me sorprende puesto que la fecha en la que tuve el sueño, una noche de sábado, 23 de abril del 2016 se sitúa obviamente en dicha estación, primavera). 

No había tiempo para miramientos así que me propuse a terminar con aquella refriega rápidamente y le ordené a mi pokemon que usase un ataque combinado que habíamos aprendido a lo largo de nuestro viaje. Deerling le lanzó a Magmortar un potentísimo ataque especial bautizado como "cañón cortante" que consistía en crear un cañón de madera en su espalda y lanzar unas rápidas ráfagas de viento cortante. Todo aquello sumado con doble equipo que duplicaba su poder por cada imagen que se proyectaba. Magmortar fue debilitado empujando a su entrenador hacía una extraña corriente de energía que fluía junto al mar que nos rodeaba. No pudimos ver su rostro pero sus compañeros no mostraban ningún positivismo al respecto.

El último pokemon de los hombres de negro era un Jolteon. Mis compañeros me animaron a usar a mi fiel Pikachu, mi primer pokemon. Pero rechacé sus propuestas. No pensé que era necesario sacar a relucir su potencial en aquel momento así que sujeté una de mis pokeball y la lancé con todas mis fuerzas gritando su nombre mientras se invocaba. 

¡¡Ditto, te eligo a ti!!

Ditto hizo frente a Jolteon sin dudarlo. Mis compañeros se sorprendieron puesto que no conocían la existencia de este pokemon en mi equipo actual. Sonreí y ordené la única habilidad que poseía y en un abrir y cerrar de ojos Ditto se transformó en su oponente adquiriendo así todas sus habilidades. Aunque Jolteon era poderoso, mi adversario me subestimó. La batalla no duró demasiado para ver como el resto de los hombres de negro al perder caían al igual que su camarada en aquel río extraño. Rápidamente nos acercamos y observamos una grotesca situación que nos marcaría para siempre. Sus rostros se descomponían a una velocidad vertiginosa hasta deshacerse en polvo. La situación nos superaba pero no cortamos el paso y nos zafamos del lugar para escondernos en alguna casa abandonada cercana para descansar de todo lo ocurrido.

La siguiente escena que recuerdo es el merecido descanso que nos habíamos agenciado en una pequeña casa. La habitación se componía de dos camas literas, una frente a otra. La litera de la izquierda dormíamos abajo Brock y yo e Iris arriba, por otra parte, en la litera de la derecha postramos nuestros equipajes abajo y arriba dormía Pikachu.

Era una noche especial, se respiraba tranquilidad y el fresco que entraba por la ventana propiciaba un sueño reparador, al menos para Brock y para mi. Iris no podía dormir, las circunstancias avivaron su melancolía impidiéndole conciliar el sueño. Pikachu al darse cuenta saltó hacia su cama y ambos juguetearon un poco para despejar la mente. Tras acomodarse de nuevo, Iris se confesó para si misma pero al mismo tiempo se lo trasmitió a Pikachu mientras éste escuchaba atentamente.

"Sus palabras me han conmovido, no conozco sus razones pero yo tampoco me voy a rendir. Es la persona que amo y no voy a alejarme de su lado. Quiero protegerle"

Una confesión convertida casi en un susurro que fue a parar solo para Pikachu. Ella terminaba su frase mientras se acercaba al filo de la cama y alargaba su mano hacia la cara de Ash, acariciándole el cabello sin que éste notase su presencia. 

Aunque el viaje con mis compañeros se detuviera aquí. Una última escena se grabó a fuego en mi memoria. Otro hombre vestido de negro con un fleco blanco andaba por un estrecho y largo pasillo mientras hablaba por un micrófono que llevaba a la oreja.

"Todo correcto, no se preocupe, pronto les daré caza. Sus pokemon no son nada comparado con la fuerza del mío."

Tras su aclaración llegó al final del pasillo frente a un gran portón de metal, sus ojos rojos observaron a su pokemon, un inquietante geodude oscuro que sin esfuerzo alguno abrió con sus manos la puerta y ambos salieron al campo de batalla donde nosotros habíamos combatido ese mismo día.



Aquí acaba el sueño, como de costumbre, todo inconcluso. Ojalá pudiese seguir con todo aquello porque hay tantas preguntas por resolver que no sabría ni por cual empezar.

sábado, 26 de marzo de 2016

Crónicas de un sueño 10



Lo primero que recuerdo es un lugar en el que había estado incontables ocasiones, la escuela de artes de Jerez. En este sueño, acompañado de mi fiel compañero Pikachu en el hombro, volvía a visitar tras mucho tiempo aquellas paredes que me acogían en todas aquellas mañanas de estudios, llenas de experiencias y recuerdos.
Me topé con uno de mis antiguos profesores que, aunque con dificultad; aún seguía acordándose de mi. Le comenté mi situación actual y mis planes de futuro. Tras despedirme bajé al patio porticado que a diferencia del patio real, éste era enorme con columnas griegas derruidas que fotografiaba una composición espectacular. 
Un amigo, Yugi Muto alias Antonio Morales me desafió en aquel majestuoso lugar a un combate pokemon. No tardé ni un ápice en aceptar puesto que mi compañero sentía ansias de demostrar su valía.


¡AVISO: Este trozo DEBE leerse mientras se escucha esta canción!



Me coloqué una gorra y bajo la sobra de la visera llamé a mi amigo Pikachu para que saltase desde mi hombro al campo de combate y acto seguido Yugi sacó de su pokeball a su antiguo compañero de viajes, Charizard. Ambos se encontraban con una determinación ardiente. Yugi y yo concretamos ciertas normas para que no resultasen excesivamente dañados. Los puntos de victoria se determinarían cuando uno de los combatientes asestara un golpe fulminante a su oponente o por consiguiente, el entrenador decidiese por cuenta propia la pérdida de la ronda y así pues dio inicio a la ferviente batalla. Charizard no tardó en volar a toda velocidad hacia Pikachu pero le ordené que lo esquivase en el último momento zafándose así del golpe y salir indemne de la acometida. Pikachu había adquirido unas afortunadas milésimas de segundo para propinarle el primer golpe fulminante y un cola férrea fue directo a su espalda enviándolo hacia unas columnas, rompiéndolas a su paso. Aquel asalto no fue mas que un calentamiento, al menos en boca de Yugi y no era ninguna broma, el siguiente round me pilló desprevenido y Charizard golpeó rápidamente a Pikachu con sus puños hiriéndolo de gravedad. Aunque no se tratase de un golpe fulminante, había dejado a mi compañero bastante tocado. Era demasiado pequeño para aquel enorme adversario, pero no íbamos a echarnos atrás. Charizard volvió a arremeter contra Pikachu nuevamente pero le ordené que esquivara cada uno de sus golpes que con gran maestría, su pequeño tamaño y velocidad sirvieron para contrarrestar cada golpe con rayo, cola férrea y un puño trueno respectivamente. Nuestra compenetración orden-ataque era perfecta, prácticamente no era necesario formular el ataque para que Pikachu lo realizase a la perfección. Yugi parecía no afectarle el resultado, sabía que tenía algo en mente y que podría darle la vuelta al combate en cualquier momento. Y así fue, nuestra racha de suerte acabó y mi contrincante ordenó a su pokemon una ráfaga de puños fuegos contra mi pequeño Pikachu que aunque lograse esquivar algunos fue imposible salvarse de todos y acabó lanzado contra una pertrecha estructura griega ocultándolo tras un muro de humo.
Tenía miedo, no podía ver si se encontraba bien. Aunque no me hacía falta, confiaba plenamente en el así le ordené nuestro mejor golpe a lo que Yugi respondió con la misma baza. Un choque decisivo. Charizard lanzó un potente envite ígneo casi a bocajarro y Pikachu lanzó tras la humareda nuestro factor sorpresa, al grito de "Adelante Pikachu, bola voltio!" 




Ambos golpes chocaron y nuestros pokemon cayeron víctima de la ferviente explosión ocasionada por la erupción de ambos ataques al colisionar entre sí. Pikachu, con una voltereta en el aire se incorporó casi sin problemas pero en cambio Charizard cayó varios metros atrás. Tras esto decidí que ambos debíamos finalizar este encuentro y darnos un punto a cada uno porque lo merecían dada la pasión y esfuerzo que habían puesto. Yugi no estaba de acuerdo y prefería concederme la ronda a mi ya que mi Pikachu estaba en mejores condiciones.

Al final no se como solucionaríamos el conflicto pero las imágenes que guardo de aquel combate han quedado grabada a fuego y relámpagos en mis recuerdos. Como una viva película lucía, recuerdo cada detalle, la arena del patio gris salpicada por las columnas de un blanco inmaculado flanqueado por el pórtico de columnas. 
Despido esta entrada con un gif que mostraría la relación entre nuestros pokemon tras aquel estupendo combate amistoso.





Entrada dedicada a Yugi Muto (Antonio Morajes Rojas)


viernes, 25 de marzo de 2016

Crónicas de un sueño 9



Este sueño podría dividirse claramente en dos partes ajenas entre ellas. Las he colocado por orden de ensoñación.




Como en todo sueño, soy incapaz de localizar el inicio del sueño así pues los pequeños fragmentos que consigo sujetar me hallan recordar la localización de un aula. Lo primero que recuerdo es la profesora preguntando por unos ejercicios a corregir que supuestamente debíamos tener realizados. Como no ocurre en una lotería, sale pronunciado de su boca mi nombre así pues tristemente tuve que excusarme con esquivas palabras para salir de aquel aprieto ya que no había hecho los deberes. Aquello no acabó en una simple puntuación negativa, no; sino que se acercó desde su mesa hasta el lado izquierdo de mi pupitre y me exigió unas nuevas explicaciones hacia mi inapropiado comportamiento. Fui lo mas sincero que pude contestando cosas como "No lo he terminado, la verdad pero si que tengo ciertas partes terminadas aunque no sabría contestarte en el momento sin mirarlo"
No le convencía nada hasta que por fin parecía que había hallado la tecla correcta tras comentarle "Como asisto a clases sueltas y a horas dispares, muchas veces me pierdo y se me pasan las cosas". Aquel comentario tan absurdo le conmovió y aceptó, comprendiendo ademas mi situación.
Mis recuerdos se nublan en este punto, no se que ocurrió exactamente después ni la causa pero lo siguiente que recuerdo era las intenciones de saltar desde el patio hacia el aula por la ventana para masacrar a la clase. Aunque aquello quedó solo en pensamientos oníricos, lo siguiente que recuerdo fue que me encontraba en estado de ectoplasma e iba asfixiando y masacrando a mis compañeros de clase. Ninguno se percataban de mi presencia aunque todos dirigían su mirada hacia mi persona indivisible.
Tampoco recuerdo el papel con el que actuaba cierta chica con apariencia latinoamericana y piel capuccino que ocupaba uno de los asientos de la clase. Recuerdo haber interactuado alguna que otra vez con ella pero sin saber de qué cosas ni porqué.
Este retazo de sueño acaba en un pequeño pozo de piedra en medio del patio tras unas clases que habían acaparado todo el día puesto que la noche hacía acto de presencia.
Allí, apoyado contra la piedra esperé hasta que ella llegó y deteniéndose a mi vera empezó a musitar algunas palabras que no recuerdo y que peligrosamente me hipnotizaban haciendo que me acercase cada vez mas a ella hasta el punto en el que podía sentir su propia respiración. La chica no me miró a los ojos en ningún momento, su mirada quedaba clavada en mis labios.
Tras esos momentos de suspense, la chica volteó su cuerpo y se despidió en la lejanía sin volver la vista atrás.




A partir de ahora debería empezar el segundo fragmento del sueño. He intentado ordenar todas y cada una de las visiones que logro recordar para enlazarlo con el primero pero la tarea se me antoja imposible. El interludio entre el sueño que acabo de contar consta de una serie de persecuciones hacia mi persona de cierto familiar que insta a matarme. Mi único fin es huir y esconderme lo mejor posible pero lo único lúcido que logro captar de aquello es el momento donde ridiculamente me hallaba escondido tras unas cortinas que no daban a ninguna ventana en un cuarto de baño el cual también había sin razón aparente; un sofá. Allí pensando en zafarme de una muerte cruel a cuchillo limpio, otro de mis familiares delataba mi ubicación (La cual era tontamente visible, si lo pienso desde el plano de la vigilia), allí acababa el interludio y lo próximo que recuerdo es el sueño que voy a relatar a continuación.




Angustia, desesperación y oscuridad. Eran los sentimientos que despertaban mis recuerdos en esta etapa del sueño. La desesperación por encontrar aire en una espiral de turbulencias que no podía captar ni identificar.
Lo siguiente es un basto desierto hasta donde captaba la vista. Acompañado de una chica, juntos recorríamos toda la desértica estepa a pie en pos de encontrar comida, agua y civilización.
Aunque la travesía parecía no tener fin, algo captó la atención de la chica que me acompañaba y aligeró el paso para identificar la fuente de su sorpresa. Lo que halló fue que nos encontrábamos sobre un risco. La arena se precipitaba sin cesar hasta el hueco que se formaba ante nosotros. Noté como me zarandeaba del brazo llamando mi atención. Intentaba decirme señalando con la mano estirada que en el fondo del precipicio había una persona postrada en la arena.
¿Muerta?
¿Inconsciente?
No tenía ni idea pero mi deber era socorrerla. Localicé un punto viable para precipitarme por el risco sin hacerme daño y me lancé sobre aquellas rocas que me servían de soporte para la bajada. Aterricé con los pies clavados hasta los tobillos en la arena. La chica bajó tras indicarle que todo estaba bien pero tras su aterrizaje tuve que ayudarla a incorporarse.
La visión que nos recibía era de todo menos agradable, incluso la chica se cobijó tras de mi. Tumbada, boca abajo, con casi ningún miembro se hallaba una mujer inconsciente que vestía unas extrañas prótesis de madera a modo de piernas y brazos que interconectaba todo su cuerpo de una forma muy estrambótica y bizarra.
Una voz emergió desde unas ruinas que antiguamente debían ser unas casas. A nuestra izquierda asomaba la silueta de otra mujer que nos explicaba la situación en la que nos encontrábamos.
Todos nos subimos en un todoterreno y conduje en la dirección que nos iba indicando. No me fiaba mucho de ella pero no teníamos nada mejor y en el peor de los casos, la chica que me acompañaba se encontraba lo suficientemente cerca como para socorrerla en caso de emergencia, cosa que me tranquilizaba puesto que era mi único apoyo moral en aquel arenoso paisaje que nos abrazaba.
Nuestra situación no pintaba muy favorable. El mundo ya no era como lo conocíamos, había quedado sepultado bajo la arena convirtiéndolo en un basto mundo desértico.
Tras un largo camino y una extraña pausa en la que me encontraba dentro de un autobús escolar y nos chicos se burlaban de mi, el sueño volvía a su cauce original.
Unos arcos casi derruidos nos daban la bienvenida a una ciudad casi inexistente contrastada con grandes mansiones que nos flanqueaban en ambos lados de la carretera de piedra. Por lo que nos contó la mujer que nos encontramos en las ruinas, todos se encontraban en un alto estado de miseria y habían sido doblegados por una élite de terratenientes que gobernaban con mano dura las tierras que gobernaba. El pan y agua escaseaban como era lógico pensar.
Tras los arcos y algunas casas derruidas nos detuvimos junto a un pequeño pozo de agua que sostenía un pedernal de metal negro, bastante malgasto por el tiempo y el uso.
Allí por primera vez escuché hablar a mi única confianza, la chica que me acompañaba desde los inicios del sueño. Nos habló de un extraño ritual de purificación que estábamos obligados a hacer. Ella se prestó como tutora para que copiáramos sus movimientos. Primero cogió un barreño negro que se encontraba dentro del pedernal. Seguidamente llenó el pequeño barreño que sujetaba y lo vertió sobre el pedernal llenándolo de agua, sin soltarlo pronunció unas extrañas palabras con los ojos cerrados y volvió a verter aquel agua sobre el pozo. Por ultimo debíamos hacer unas reverencias como agradecimiento.
Lo último que recuerdo fue que todos tuvimos que hacer aquel ritual de protección.
¿Que sería de aquel mundo?
Me hubiese encantado explorar y descubrir mas de su pasado. Aunque sobretodo, lo que deseaba era descubrir más sobre aquella chica, su nombre, su procedencia, su pasado.


Como un libro sin capitulo final, aquí termina mi expedición onírica. Ojalá pudiese volver a encontrarme con ellos en otra incursión y así poder descubrir mas, ya que tristemente he dejado un enorme mundo a mis espaldas, el cual jamás volveré a "vivir".