Capítulo 14
Rememorando acontecimientos
Parecía que habían pasado
años desde que llegué a la ciudad principal, aunque realmente fueron solo un
par de semanas. Los entrenamientos de Mashuo para perfeccionar mi esgrima iban
dando sus frutos pero de manera muy mesurada. Las gallinas dieron su singular
canto mañanero con el fin de que pudiera despegarme de las sábanas. Desde la
ventana acometieron los primeros rayos de sol que fueron a parar directamente a
mi rostro. El malestar que causaba la claridad de la mañana hizo que me
levantara a desgana de mi muñido catre. Sentado sobre la cama abrí la ventana
que daba la bienvenida a un nuevo día; y con él, todo un sinfín de
acontecimientos en las calles que comprendían el exterior. Nos alojábamos en un
humilde hostal donde Mashuo me obligaba hacer recados a los dueños con la
excusa de que forma parte de mi formación, palabras que me entran por un oído y
me salen por el otro. Ashley se ocupa de las labores del hogar con el fin de
menguar las tasas que nos piden por alojarnos aquí. He de añadir que ella está
increíblemente mona cuando se pone un delantal, dan ganas de comérsela con
patatas.
Maldito Mashuo, que suerte tienes
de tener a semejante belleza comiendo de tus manos.
Una vez ataviado con las ropas que me
regalaron, bajé a la cocina que se situaba en la primera planta para desayunar
un vaso de leche y una tostada con una crema de un tipo de fruta que desconocía
pero que me supo a fresa.
-Mañana por fin es el gran día, Al!-Me animó con una sonrisa la preciosa
Ashley mientras me preparaba un pequeño trozo de pan con carne para el descanso
de los entrenamientos.
-Gracias Ashley, solo espero poder dar un merecido combate aunque no
consiga el primer puesto- Le contesté algo decaído. No tenía ninguna
posibilidad de ganar ni un solo asalto con las habilidades que poseía en estos
momentos así que mi única alternativa era demostrar un buen espectáculo.
Una vez hube terminado de
comer, cogí mi Katana, me despedí y salí pitando del hostal cruzando las
bulliciosas calles. El ambiente era cargado pero al vivir en un entorno
medieval se podía respirar una peculiar fragancia. Mientras me encaminaba a una
pequeña pradera en los límites de la muralla de la ciudad, lugar donde me
tendría que encontrar con Mashuo para las prácticas matutinas, tuve algunos
flashbacks de lo que había vivido desde que conocí a la desaparecida Yuchiko.
Aquel rostro angelical que impregnaba mi mente a todas horas hacia arder mi
sangre, sus labios emitían siempre una voz musical que acariciaban mis tímpanos
como cánticos de gloria. Sus increíbles ojos azules me recordaban a un
apaciguado océano. Su figura; piel tersa y suave, estremecía mi cuerpo
consiguiendo entrecortar mi respiración. Su cabello castaño ondeaba el viento dejando
un agradable dulce olor. En definitiva, amaba a esa mujer con toda mi alma,
aunque admito que apenas la conocía.
Y tan apenas si desconocía todo
sobre ella exceptuando su nombre. Situación que me hace sentir como un
auténtico inútil.
Recuerdo aquella primera vez que la vi, fue un encuentro esperado dado que
me había percatado por mi familia y mis vecinos que su llegaba era próxima,
pero a pesar de ello, nadie quita que me sorprendiera al verla, quedé prendado
de su belleza. Intenté que conociera un poco mi pueblo rural pero hubo algunos
contratiempos como el secuestro exprés de Yuchiko por un grupo de maleantes
liderados por un individuo conocido por su zona como Jesulito. Después de
aquello nada volvió a ser igual, empecé a notar algo extraño en Yuchiko,
conceptos que ahora puedo comprender con mayor claridad puesto que si en aquel
momento me hubiese hablado de Inerion lo habría tomado como una broma.
Pensándolo ahora, me doy cuenta que los hechos que conocía de su familia no
podían ser ciertos. ¿Y entonces, quien es su familia en realidad y si fuera una
mentira, significaría que mi vecina también es habitante de este mundo? Supongo
que intentar pensarlo por mi cuenta no me ayudará a despejar ninguna ecuación.
De momento me centraré en el
torneo y una vez haya encontrado a Yuchiko le preguntaré todas mis dudas.
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