martes, 15 de julio de 2014

Inerion11


Capítulo 11
Viejos conocidos


Cuando llegué al fondo del tobogán, podía observar que el lugar en el que me encontraba era como una especie de biblioteca llena de libros a rebosar, no veía a nadie hasta que…
- encantado de volver a verte- replicó una voz
- ¿quién anda ahí?- pregunté asustado
- ¿es que ya no te acuerdas de mí?...
- ¡déjate ver!- grité buscando mi katana que se me debió haber caído cuando me deslizaba por el
 tobogán
- ¿buscas esto?
Nada más volverme, entre estanterías pude ver una silueta recogiendo del suelo lo que parecía ser mi katana pero justo antes de tocarla me dijo…
- ¿es que ya no te acuerdas de tu viejo amigo Iván?
Un gran escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
- ¿de verdad… eres tú?- pregunté emocionado
- entonces quien sino te haría… ¡esto!- contestó lanzándome un kunai dorado.
Fue un milagro que no me alcanzara, mis piernas no me respondían y caí al suelo muerto de miedo…
- ¡¿no puedes ser tú?!- pregunté
- ¿de verdad crees eso, Alberto?
- ¡el Iván que yo conozco no haría una cosa así!
- lo siento pero ya no soy tu compañero de juegos
- ¡¿?!
- tengo órdenes de eliminarte y gracias a esa persona me han proporcionado todo el poder que siempre deseé
- ¡como puedes hacerme esto!- grité corriendo hacia a él para golpearle
- no conseguirás nada con eso- contestó Iván adivinando mis intenciones.
Tras aquellas palabras me detuve, en su oscuro rostro pude contemplar una mirada fría y escalofriante, con más que lo observaba seguía sin creerme que era él.
- … escoria- dijo mientras desenvainaba mi katana con la mano izquierda
- me has defraudado- contesté desviando mi vista hacia el suelo.
Después de que desenvainara mi arma, con la mano derecha desenvainó otra katana.
- ¿Sabes lo que voy a hacer ahora?- dijo Iván con una sonrisa sarcástica
- ¡Devuélveme mi katana!- grité
- ¿la “con”?- preguntó mientras la golpeaba contra la pared
- ¡dámela cabrón!- grité enfurecido
- no me ha gustado esa respuesta, así que…
Y con un rápido y sigiloso movimiento la clavó en el techo de la habitación. Aquella  acción realizada por mi viejo amigo me hizo desconfiar de él definitivamente…
- Alberto, esta será tu tumba- dijo Iván mientras se preparaba para atacarme
- siento que no sea así, tengo una promesa que cumplir y hasta entonces… tendrás que esperar…a…mi….go- tras aquello mi adrenalina empezó a subir aumentando considerablemente mis habilidades externas como internas
- bien, ya se verá quien tiene aquí la razón.
Tras aquellas palabras empezó a levitar y recogió mi katana entregándomela consecutivamente.
- ya estamos igualados, que empiece la pelea- terminó Iván.

Empezó golpeando él, que me dio de lleno en el pecho con el mango de la katana lo que me hizo un 
gran daño y caí al suelo dolorido sin poder respirar...
- ¿ya ha terminado todo?- preguntó Iván autoproclamándose campeón
- no… tan…. Rápido… Aarghhh…- dije mientras vomitaba.
Sin esperar un segundo me volvió a golpear con el pie en la cabeza y rodé un par de vueltas mientras
 me retorcía de dolor. Tras aquello pude ver por un acto reflejo sus intenciones y me pude apartar de la trayectoria de su arma que se quedó clavada en el suelo; recobré los ánimos, me levanté y le clavé mi katana en el hombro derecho lo que me salpicó toda la sangre en la cara.
- has… mejorado tus habilidades- me confesó Iván.
Y sin dirigirle la palabra intenté decapitarlo pero se desvaneció como si fuera humo y reapareció 
detrás de mí y me dio una patada horizontal lo que me dañó algunas costillas.
-nunca conseguirás ganarme- dijo Iván levitando por encima de mí
- Ja… ¿crees que ya he llegado a todo mi potencial?- contesté apuntándole con mi katana.
- demuéstrame que me equivoco.
Después de aquello apreté bien fuerte mi arma y fui directo hacia Iván, salté y di un golpe vertical 
que él bloqueó fácilmente con  la hoja de su arma en posición horizontal.
- creo que esto debe acabar ya- contestó Iván apresurado.
Tras aquello repelió mi katana con un simple movimiento y tan rápido como llegué al suelo una fuerte explosión azotó el terreno el cual el mismo árbol empezó a gruñir…
- AAaHGRhrRrr… ¡malditos parásitos, que me estáis haciendo!
Los gritos no cesaban y el árbol no paraba de balancearse crujiendo toda la habitación cayéndose así todos los libros de las estanterías hasta que a lo lejos por el tobogán por el cuál yo había venido bajó 
una persona de la que yo si confiaba… Mashuo.
- ¿estás bien?- me preguntó.
Me alegraba verle pero el caso de Iván me había dejado sin palabras.
- veo que has venido, Mashuo- dijo Iván como si lo conociera de toda la vida
- ¿Qué tienes en contra de este muchacho?- preguntó Mashuo
- eso te lo tendrá que responder la reina Alshajara
- ¿qué tienes tú que ver con la reina?
- todo y nada a la vez.
Tras aquella conversación el árbol dio un previo aviso para que nos fuéramos de su interior y sin más dilación Iván se desvaneció y en ese momento me faltaron las fuerzas y caí al suelo desmayado. Lo último que sentí y escuché fue a Mashuo aupándome en su espalda e intentando reanimarme pero era demasiado tarde, mis fuerzas me habían abandonado.














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