¡importante!: Leer esta entrada junto a la siguiente canción
Una ahogante sensación de
melancolía y pesar inundaban las calles, las personas no mostraban ninguna
emoción exceptuando el pesar de su alma. ¿Cómo ha podido llegar a pasar esto
realmente? Ninguna respuesta razonable rondaba por mi cabeza en esos momentos y
adentrándome en esas calles en penumbra observé como todas aquellas personas
derrumbadas psicológicamente se posaban en el suelo abandonadas, sus rostros se
encontraban ocultos tras un tupido velo de negativos sentimientos. Intenté
hablar con cuantos pude pero no tuve respuesta de ninguno, mi voz no llegaba a
sus oídos y mi persona no alcanza sus ojos.
Toda esta sensación me absorbía…
¿acabaría como ellos?
Unas escalofriantes risas
llegaban a mis oídos desde las más oscuras y recónditas calles, decidí
investigar su origen, no perdía nada puesto que mi corazón ya lo daba por
hecho. Allí, tras cruzar varias calles repletas de personas desperdigadas por
el suelo, suspirando abatidas me vislumbré al contemplar la calle principal de
mi ciudad, hexagonal y peatonada llega de personas que miraban al cielo, un
cielo lleno de estrellas con dos lunas, una más grande que otra y rojizas. Mi
corazón empezó a palpitar con fuerza al verlas, como si desgarraran mis huesos
y quisieran llevarse mi alma con ella. Los sudores fríos recorrían mi cuerpo...
¿Era este mi fin?
¿Sería esta la verdadera
salvación?
¿Los mayas al final han
tenido razón?
¿Es este el momento tan
esperado?
Notaba como mi mente
abandonaba mi cuerpo y me desperdigaba como tantos otros había visto, por el
suelo. No podía mover ni un ápice de mis agarrotados músculos o ¿sería acaso
que no lo intentaba? Esta amarga sensación me estremecía así pues me dejé
llevar, no quería pasarlo mal, la sensación de pesar me había devorado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario